domingo, 29 de septiembre de 2013

¿Sabemos lo que comemos?

Los más adulterados.

Según el Journal of Food Science, que investiga el fraude alimentario y analiza los alimentos más adulterados del mercado, algunos de los productos más habituales y aparentemente inocuos de nuestra dieta pueden estar adulterados. 
Aunque tradicionalmente se ha considerado básicamente una cuestión econó-
mica y menos una amenaza de seguridad alimentaria para el consumidor, los 
autores del informe sostienen que, en algunos aspectos, los fraudes alimentarios pueden ser también peligrosos. Los adulterantes utilizados en estas actividades fraudulentas a menudo son poco convencionales y están diseñados para evitar la detección por medio de análisis de rutina. He aquí la lista: 

Aceite de oliva: puede aparecer mezclado con otros aceites como el de maíz o de palma. 
Leche: Puede aparecer adulterada con suero, proteína de leche bovina, caña de azúcar, melamina... En España hasta diez marcas de leche analizadas por la OCU recibieron la recomendación de “no comprar”. 
Miel: Puede no haber nada de miel en el tarro y ser únicamente una mezcla de azúcares. 
Azafrán: Esta es una de las especias más caras del mercado. La lista de adulterantes incluye el polvo de sándalo, el almidón, colorantes amarillos y gelatina. 
Zumos: En los de naranja se puede encontrar zumo de pomelo, jarabe de maíz y extracto de pimentón. En el de manzana, además de jarabe de maíz, edulcorante de pasas y ácido málico sintético. 
Café: puede ser adulterado con achicoria, maíz tostado, caramelo, malta, glucosa y leguminosas. 

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